viernes, 2 de mayo de 2025

Cómo empezar tu novela: Segunda clase

 Arte Poética, Eugéne Guillevic

«Me complace imaginar que mi lector es alguien más o menos como yo,

con buena fe y que deja entrar cosas dentro de sí mismo»

Eugéne Guillevic

Guillevic nos habla del proceso de la escritura poética a través de poemas.

Cuando estás en sintonía con tu novela llega un momento en que todo te encaja, todo va bien en la trama. Lo malo es cuando no tenemos nada que añadir a la novela.

Consejos para escribir comienzos de una novela

1- Hay que poner en marcha la historia son complejos. La mejor estrategia es una ataque rápido y frontal. Nada de descripciones aburridas. El personaje que mira a la ventana es una evidencia de tu falta de ideas. Una novela debería empezar con movimiento, con acción.

En La ventana indiscreta, Alfred Hitchcock hay acción desde el principio, aunque se trate de una persona que mira por la ventana.

El pasado del personaje sí importa y se mete poco a poco en la novela. No todo desde el inicio.

El primer capítulo sirve para presentar al personaje y los personajes hacen cosas.

No empecéis con una descripción porque no suele funcionar a la hora de enganchar a los lectores. Hay grandes novelas que empiezan así, pero suelen pertenecer a autores de otro tiempo. En la actualidad, se ha evolucionado a una manera de escribir más directa, que va más al grano y menos a largas descripciones.

Historia de dos ciudades, Charles Dickens. 

En el SXIX, la novela tenía otro ritmo porque no tenía la competencia del cine, televisión, etc… Los lectores de esa época no tenían tantos estímulos. Ahora los libros suelen centrarse más en la acción y los hechos que en las descripciones o largas reflexiones.

2- Información sobre personajes, lugar en el que se sitúa la acción o una época de tiempo determinada. Lo que se suele llamar el cronotopo (tiempo y lugar)

3- En los inicios de las novelas se especifica el tipo de narrador, el tiempo verbal, el tono, la atmósfera de la trama… Es como un contrato que se extiende al lector y romper las normas de ese contrato suele tener consecuencias. No podemos cambiar de repente estos elementos por que sí.

4- Comenzar hablando del tiempo es otro defecto muy habitual: “Era una noche oscura y tormentosa…”

5- Es importante sorprender al lector, llamar su atención, ser intrigante. Ese primer capítulo es como una primera cita de Tinder. Has quedado con le lector, al que no conoces, y quieres mostrarte interesante, mostrarte un tanto misterioso, seducirlo. Es importante mostrar información, pero sin resolverlo todo. Es un ejercicio de seducción. Hay que buscar la extrañeza en el lector.

6- Hay que plantear un conflicto cuanto antes, algo que mueva la historia.

Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez

7- Hay que anticipar la historia sin miedo, pero sin pasarse con la información que se facilita.

8- No se debe acumular nombres de personajes en un principio, porque el lector los olvida con facilidad. Se podría comparar a esos momentos en el que alguien te presenta a muchas personas de una vez y vas olvidando los nombres según los vas escuchando. Esto tiene que ver con la saturación de información al lector.

Grandes pechos, amplias caderas, Moyans (Fei rung, fei tung. Hay musicalidad en el idioma original (chino).

9- El primer capítulo debe sumir al lector en una especia de trance. Lo sumerge, lo hipnotiza. El escritor debe mostrar autoridad frente al lector, convirtiéndose en una especia de Sherpa, sensei e ilusionista. Si cuento la historia con autoridad, introduciendo elementos verosímiles o reconocibles para el lector, éste hará un acto de fe con lo que cuento. Hay que entrar en muchos detalles para crear nuestro universo.

Paradójicamente, el principio se suele escribir al final. Hay que hacer pruebas preliminares para encontrar el tono de tu novela. El primer capítulo de la novela hay que escribirlo cuando ya se sabe toda la trama ( o casi toda) y se suele reescribir muchas veces.

Normalmente, el escritor escribe muchas páginas no publicables para intentar encontrar el tono y construir la novela porque se habla de detalles que ayudan al buen desarrollo de la trama.

Los nombres que acaban en ía (como María, Lucía o Sofía) se desaconsejan porque riman con los verbos en pretérito imperfecto de las conjugaciones acabadas en -er e -ir y rompe con la musicalidad de las frases.

Para consultar información sobre los nombres y apellidos más o menos corrientes en una región española se usa la web del Instituto de Estadística Español (INE). También existen generadores de nombres para todo tipo de géneros y ambientaciones en internet.

Matadero cinco, Kurt Vonnegut no sigue una linealidad temporal y es muy sorprendente. El primer capítulo consta de un par de páginas.

Libros sobre bipolaridad:

La broma infinita o El rey pálido, David Foster Wallace

El club de los mentirosos, Mary Karr

Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides


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