Un día que estaba muy inspirada se me ocurrieron cuatro sinopsis. Cantidad nunca es calidad, soy consciente de ello, pero es mi forma de funcionar casi siempre. La creatividad en mí es abundante y caótica, con lo que luego necesito mucho tiempo para poner orden en todo lo que se me ocurre.
En fin, aquí os dejo las sinopsis de mi primera tarea del curso:
Ratones, velas y pintalabios
Cerró la jaula de los ratones con más fuerza de la debida y abandonó el laboratorio por última vez. Le habían retirado la beca por ser sospechoso de asesinato.
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Los aromas que antes le daban tanta paz, ahora le revolvían el estómago. Tiró la última vela a la bolsa de basura, la cerró, salió de su habitación y se dirigió al contenedor sintiendo las miradas de sus compañeros en su espalda. Todos sabían que era sospechosa de asesinato.
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Observó su pintalabios, incrédula. La mano le temblaba tanto que el carmín acabó en el suelo dejando una leve huella roja, brillante y oscura. La limpió frenéticamente. Debía tranquilizarse y deshacerse de la barra. No era la única que usaba ese tono. Pero lo que le daba verdadero pavor era la idea de que alguien se había metido en su habitación para cogerlo y luego había vuelto para devolvérselo.
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Un cadáver, salvajemente mutilado, aparece en la habitación desocupada de una residencia universitaria junto a un ratón de laboratorio muerto, una vela aromática casi consumida y una extraña fórmula dibujada con un pintalabios de un rojo oscuro y brillante; conmocionando a las fuerzas del orden y a la comunidad científica.
La habitación 313
¿Quién soy? ¿Dónde está mi ropa? ¿Cómo he llegado a esta habitación de hotel? Y, sobre todo, ¿Por qué estoy en una cama rota rodeaba de cadáveres desnudos?
Humo
Todos dicen que fumar mata, pero a mí me salva la vida. Las volutas de humo van tomando forma y me muestran, de nuevo, cómo sobrevivir un día más. Me gustaría saber por qué estoy atrapada en este ciclo sin fin de gente interesada en borrarme del mapa y caladas que delatan sus intenciones, pero si me paro a pensar la muerte podría alcanzarme.
Un tipo normal
Lo mejor de ser un tipo extremadamente normal y tranquilo es que nadie repara en ti. Algo tremendamente útil si te dedicas a infiltrarte como parte del personal de servicio en mansiones de sospechosos de negocios… digamos que muy muy muy ilícitos.
Entro, recopilo información valiosa, se la vendo a clientes incapaces de rastrearme y después sólo queda renunciar y pedir trabajo en otra mansión con otra identidad. Pan comido.
Excepto si a alguien le da por fijarse en ti por razones ridículas que aún no logro comprender. Maldita cría pegajosa. Al final me va a obligar a deshacerme de ella. No querría, pero…
Y que conste que si tengo que llegar a algo tan extremo es culpa suya y no mía.
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