viernes, 15 de septiembre de 2023

Reto

 —¿Se lo has dicho?

Susana se hizo la loca de una forma bastante convincente.

—¡Oh! ¡Venga ya! No se lo has dicho, ¿verdad? —insistió la vocecita muy cerca de su oreja.

La niña se empecinó en garabatear en su cuaderno fingiendo una concentración que distaba mucho de tener.

—Pues me estoy enfadando… —silbó amenazante la voz, aún más cerca de su oído.

“Si sigue así se va a meter directamente en mi cerebro”, pensó fastidiada.

Con un gesto de derrota se levantó de su pupitre y cruzó la clase con paso vacilante.

Por qué tenían que obligarla. Qué había hecho ella para merecer esto. Bueno, sí que había hecho algo. Una tontería de nada. Nunca más volvería a jugar a verdad, beso o reto. Eso seguro.

Suspiró y le tocó levemente las anchas espaldas enrojecidas a su objetivo para llamar su atención.

La enorme mole se dio a la vuelta y clavó sus oscuros ojos en la temblorosa figura de Susana.

—Es verdad que… —comenzó con voz temblorosa —. ¿Es verdad que tienes una huella del pie de Miguel en tu culo? —terminó todo lo deprisa que pudo trabándose en algunas palabras.

Si no le entendía mejor que mejor.

El ceño de su interlocutor se frunció levemente.

—¿Quieres morir? —escupió con voz de fuego

—Ya… ya estoy muerta

—¡Oh! Es verdad —cayó en la cuenta el demonio.

—Pues entonces me vas a escribir 3.822 millones de veces en tu cuadernito “No tentaré mi suerte tocando los cojones a dos manos al magnífico Ángel Caído, aka el Príncipe de las Tinieblas, Lucifer Estrella de la Mañana, también conocido como Satanás, Luzbel, Samael… Buf me aburro. Necesito vacaciones

—…ññññ aburro…eeehh… vacaciones —apuntó la niña.

—Eso último ¡no! —se exasperó Su Malignidad—. Espera. ¿Te has traído el cuaderno?

—Er… Sí…

—¿Ya te esperabas un castigo tan horrible?

—Puesss… —A la pequeña le empezó a dar pena el gran mandatario infernal.

La verdad es que no destacaba por su originalidad.

Miró a sus espaldas y vio a uno de sus compañeros de torturas riéndose por lo bajo.

—Oiga, gran Mal en mayúsculas. Si lo que necesita son ideas nuevas por qué no pregunta a la clase. Ya sabe eso que dicen de que los niños pueden llegar a ser muy crueles.

—Sigue hablando.

—Por ejemplo, ve a ese que se está descojonando ahí al fondo.

—¿Sí?

—Mándelo al cielo.

Lucifer abrió los ojos muy sorprendido y una malévola sonrisa le ensanchó la cara.

Dos días después los demonios daban una fiesta en un infierno vacío de almas haciendo oídos sordos a los terribles golpes que daban unos furiosos arcángeles en la puerta.

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