lunes, 27 de mayo de 2024

EL CRIMEN PERFECTO. Tarea: el móvil

Móvil 

Intereses de poder mezclados con la venganza por la traición a sus ideales sectarios y obtener el silencio definitivo de la víctima ante un oscuro secreto.

Contexto

En los años 20 se originó una secta en Charlestown entre las familias más pudientes a partir de un movimiento literario iniciado por H.P. Lovecraft. En 1909 un joven escritor comenzó a publicar relatos inquietantes. Un joven aristócrata Alfred Joseph Pickman, su hermano, William Ryan y sus amigos más íntimos John Edward Mars, Phillip Walton y Forrest Koch se vieron reflejados en una época en la que la amenaza de la primera guerra mundial sobrevolaba sobre sus cabezas. Acostumbrados a vidas disipadas y llenas de excesos, encontraron en los textos de escritos demasiado sentido y una forma de dar sentido a sus vacías vidas. Conocieron a Lovecraft y hablaron él en varias ocasiones. Además, se intercambiaron cartas, que debido al carácter fantasioso del escritor tomaron un cariz extraño, que llevó a los jóvenes a creerse los elegidos por el que ya, a esas alturas habían convertido en su mesías. Lovecraft nunca se dio cuenta de que tras esa adoración había algo más que admiración hacia su obra e ideas. Murió ajeno a la oscura secta que había surgido cimentada en sus relatos de horror. Para él, esas cartas de no dejaban de ser un ejercicio más de escritura compartido con unos jóvenes muy motivados.

Alfred encontró la señal inequívoca de que iba por buen camino cuando vio reflejado su apellido en dos de los relatos lovecraftianos. En ellos se relataba a Richard Upton Pickman, un pintor que retrataba la realidad oculta del horror que sólo unos privilegiados son capaces de discernir. A esas alturas ya había tenido a su primer hijo, al que llamó Howard Phillips por razones obvias.

Alfred y sus amigos fueron los principales inversionistas de Arkham House (1937), la editorial que se encargó de publicar la obra de Lovecraft tras su muerte y en la que también participó activamente el padre de la víctima, que por esa época contaba ya con 25 años y su padre se había encargado de aleccionar desde muy pequeño.

La congregación fue ganando adeptos en el más absoluto secreto entre familias poderosas de la zona, que acudían a Charlestown, rebautizado como Nuevo Dunwich, para aprender sobre aquello que vive más allá de la realidad y conjurarlo para sus propios intereses. Sea por magia o por casualidad, se han registrado muchos “milagros” en el libro secreto de la secta.

El cabeza de la familia Pickman se cree uno de los elegidos y está convencido de que su familia conserva genética profunda por sus características genéticas: temperatura corporal más fría de los niveles normales, piel muy blanca, pupilas anormalmente dilatadas en conficiones de luz normales, sudoración alta… Esto podría deberse a la escasa mezcla de sangre entre ellos, ya que los vínculos matrimoniales se llevan a cabo entre las mismas familias de la pequeña ciudad desde hace cientos de años para no contaminarla (herencia autosómica recesiva). 

Los sectarios creían ciegamente que tras la obra de Lovecraft y sus seguidores se encondían terribles verdades que sólo las mentes más privilegiadas y clarividentes eran capaces de soportar sin perder la cordura. Para evitar que el horror les tocara era importando entregar a Dagon un sacrificio mediante un ritual. Los objetivos elegidos son forasteros. No es una ciudad turística, pero siempre hay gente que hace una alto en su único hotel por diferentes motivos. Los sectarios sienten un enorme desprecio hacia los simples humanos que viven en la ignorancia y ajenos a la locura que les acecha.

Pero un año, la víctima logra escapar cuando se inicia el ritual y el dirigente de la secta decide sacrificar a su esposa, la cual ya le había dado el heredero que necesitaba para seguir con el negocio, la familia y su sagrada misión, así que la considera prescindible, pero no contaba con que su primogénito no estaría de acuerdo con él. Los sectarios son tan misóginos, clasistas y racistas como lo era el propio Lovecraft.

En la secta sólo entran los dirigentes de grandes familias y sus primogénitos varones, a los que lavan el cerebro desde que nacen para servir a su propósito. La víctima era uno de los acólitos más prometedores, pero todo cambió la noche que fue la sangre de su madre la que manchó la roca de Dagon. Renunció a todo y huyó de su pasado. Por su alta implicación y su cobardía, los dirigentes sabían que no les delatarían, pero seguramente sólo seguía vivo por la protección del líder de la congregación, su padre, que no perdía la esperanza de recuperarlo.

A la muerte del cabecilla, es probable que alguien de la secta decidiera que ya era hora de acabar con los cabos sueltos. El móvil puede ser para asegurarse de su silencio, por venganza al traicionar a los suyos y sus creencias, o puede que encubra algún interés de poder detrás, ya que se supone que ninguno de sus hermanos; Lavinia (por ser mujer) y Winfield (por ser el menor), tienen conocimiento de la secta.

La figura del secretario es más complicada. Es un caníbal, al que creen gul, que engrosa las filas sectarias como siervo. Se le da algún miembro amputado de las víctimas para su deleite. Tienen su fidelidad total porque se siente aceptado, pero es muy inteligente y tiene sus propios planes. Evidentemente, Richard Upton no es su nombre real, peor sabía que la haría ganar puntos dentro de la congregación de locos a la que tenía tanto interés por sumarse.


martes, 7 de mayo de 2024

EL CRIMEN PERFECTO. Tarea: El investigador, los sospechosos y los testigos

Investigador

El investigador principal es Sonia Greene, esposa de la víctima.  Todo el asunto le huele muy mal y se siente culpable por la forma en que trató a su marido la última vez que se vieron. Además, siente mucha curiosidad por la familia que su marido le intentó ocultar. 

Apoyos

Le ayuda, a regañadientes, su padre, Robert Greene, que es inspector de policía próximo a la jubilación en Boston. No le gustaba mucho su yerno. Le parecía poco para su hija y no soportaba que no perteneciera a su círculo de amigos y conocidos. Tampoco le da buena espina su familia. No aprueba que su hija se meta en terreno desconocido a remover la basura, pero se ve incapaz de pararla, con lo que no le queda más remedio que ayudarla para acabar con el asunto lo antes posible y regresar a Boston. Le preocupa el embarazo de su hija, que es de riesgo al no ser ya una jovencita.

También le ayuda, con bastante desgana, su amigo Herbert West, criminalista. No le gusta nada salir de su zona de confort y está deseando volver a Boston, pero se siente incapaz de dejar sola a su amiga y mujer de su mejor amigo, H.P. Pickman (la víctima). Siente profundamente su pérdida, y también le parecen sospechosas las circunstancias de su muerte, pero piensa que es mejor dejar las cosas como están. Después de todo, está muy lejos de estar en terreno conocido y las circunstancias le superan.

Sospechosos

Lavinia Sarah Pickman es la hermana mayor de la víctima. Es fiel al espíritu de la familia hasta rayar el fanatismo, a pesar de que siguen una política muy machista que no le permite heredar le negocio ni la fortuna familiar. Es una mujer muy capaz que mueve sus hilos en las sombras. No estaba de acuerdo con su padre en que su hermano se convirtiera en el cabeza de familia a su muerte. Para ella, había dado la espalda a la familia al desaparecer del mapa a los 20 años, cuando murió la madre de ambos. Puede que le guardara rencor por dejarla sola en un momento tan delicado. Además, no le perdona que renunciara a su posición privilegiada como preferido de su padre. Es una posición que ella anhela, pero que está resignada a no tener nunca por su condición de mujer. Tampoco confiaría tan importante papel a su hermano más pequeño, Winfield Scott Pickman. Para ella, el heredero más obvio tendría que ser su marido, Alfred Marshall, aunque se perdiera el apellido. Gana más que pierde, puesto que es ella la que tiene el control en su matrimonio. Por otro lado, al enterarse Lavinia de la existencia del hijo de su hermano, parece cambiar de parecer e interesarse mucho por él. Puede ser la solución para tener un cabeza de familia sin perder el apellido familiar. El único problema para ella ahora es Sonia Greene, la madre de su sobrino aún no nacido, cuyo fuerte carácter hace difícil su manipulación. Ella no tiene hijos propios.

Alfred Marshall, el marido de Lavinia, es hijo del médico de la familia, y vive para su trabajo. Es un matrimonio de conveniencia y entre ellos existe una relación fría y cordial. A pesar de ello, no se le conocen amantes a ninguno de los dos. No tiene ningún interés en liderar a la familia Pickman, pero hará lo que desee su mujer al respecto para que le deje en paz. 

Winfield Scott Pickman es el hermano pequeño de la víctima. Es joven, irresponsable y mujeriego. No está interesado en convertirse en el cabeza de familia. Él prefiere seguir viviendo sin preocupaciones, pero tampoco le hacía gracia que su hermano mayor ocupara el puesto. No se llevaban muy bien cuando convivían. H.P. Pickman no soportaba a su hermano siete años menor que él, al que consideraba un niño mimado. Cuando se fue de la casa, éste contaba tan sólo con 13 años, pero ya apuntaba maneras. Winfield estaba convencido de que su serio y responsable hermano le cortaría el grifo de sus despilfarros. Cuando la mujer de la víctima aparece en la mansión, se siente atraído por ella. Sarah se deja querer, pero no le da ninguna importancia a su deslumbramiento. Está acostumbrada a destacar y, para ella, Winfield, al que casi dobla la edad, es un niño. 

Rebeca Carter, hija de Randolf Carter, abogado de la familia y mejor amigo del padre de la víctima, es la novia de Winfield por presión familiar. En realidad, no le soporta y le da asco que la toque con esas manos sudorosas y anormalmente frías. Aún así, se resigna a su destino porque es lo que su familia espera de ella. Aunque a veces le salga una pequeña vena rebelde, que enseguida se obliga a acallar, lo que se le causa una gran frustración. Ojalá hubiera alguna forma de escapar de su vida.

Randolph Carter, abogado de la familia, es el mejor amigo del padre de la víctima y un fuerte participante de los negocios de los Pickman. Es consciente que el único miembro de la familia que podría continuar el linaje familiar con éxito es Lavinia, a la que ve muy capaz, a pesar de ser mujer. Para él es un golpe tremendo no haber tenido un hijo que poder casar con la primogénita de los Pickman. Sus esperanzas estaban puestas en su única hija Rebbeca Carter, a la que tenía planeado casar con H. P. Pickman, hasta que abandonó a su familia de esa manera tan brusca y radical. El plan B fue el hijo menor, al que considera un inútil, pero al menos ahora se ha convertido en el heredero principal de la familia.

Eliah Marshall es el médico de la familia y espera legar ese puesto a su hijo, Alfred Marshall, al que consiguió casar con Lavinia Sarah Pickman, la hermana mayor de la víctima. Considera a la primogénita de los Pickman como una pieza de ajedrez para empoderar a su hijo dentro del círculo social de Nuevo Dunwich, pero la subestima demasiado por ser mujer y cae en sus juegos de manipulación más veces de las que le gustaría. Aunque esto es algo que él nunca admitirá. No le interesaba el regreso del hijo pródigo porque el tercero en la línea de sucesión es su hijo y tiene un plan de futuro para quitarse de en medio a Winfield, el hijo menor de la familia. No está muy seguro de cómo se le ocurrió, pero no le será muy difícil demostrar la incapacidad del atolondrado joven para liderar el negocio familiar alegando algún tipo de desequilibrio mental. Sus locuras de juventud, unidos a su gran poder adquisitivo e impunidad dentro de la Nuevo Dunwich por pertenecer a una familia tan poderosa, avalarían un informe médico escrito por él y apoyado por uno de sus colegas psiquiatras.

Richard Upton es el secretario del padre de la víctima. Es muy capaz y discreto. También es la mano derecha de Lavinia, a la que reconoce su valía, aunque nunca se hubiera puesto en contra de su jefe por ella cuando vivía. Siempre intenta permanecer en segundo plano sin llamar la atención, lo que unido a unos rasgos faciales nada comunes, causa inquietud entre los que le conocen. No habla mucho, pero da la impresión de que lo sabe todo. Nadie conoce su vida antes de ocupar el puesto de secretario del cabeza de familia. Tampoco se sabe nada de su origen o familia. Lo único que parece estar claro es que es extranjero, aunque nadie se pone de acuerdo sobre su origen y él evita hablar de sí mismo. Por otro lado, habla inglés americano perfectamente y con el acento de la región.

El personal de la mansión parece tener algo en común: miedo. Va a ser muy difícil sacarles algo de información. Tampoco se les puede descartar como sospechosos. El miedo también es un buen motivo para asesinar.

Testigos

Tyler Watson, vigilante del cementerio, fue el que encontró el cadáver al comenzar su ronda. Asegura que sólo vio un cuerpo mutilado y salió corriendo inmediatamente a avisar al Sheriff. No se fijó en nada más, ni volvió por la escena del crimen hasta que retiraron el cadáver.

Jeffrey Cauldron es el Sherif de la pequeña ciudad. No está abierto a hablar sobre el caso con civiles, y mucho menos si son forasteros.

Allan Halsey, médico forense, se muestra muy cerrado, esquivo y reacio a hablar sobre un asunto que da por zanjado. Asegura no tener nada más que añadir a su informe.

Mickey Mahoney, periodista local, asegura que no le dejaron acceder a la escena del crimen hasta que no estuvo despejada y que le han dado muy pocos datos sobre el caso, pero no tiene ningún problema en adornar el suceso con detalles inquietantes y paranormales de su cosecha. Está convencido de que en el pueblo pasan cosas muy extrañas y terroríficas que desembocarán en algo muy grande. Parece tener una imaginación desmedida que le vendría mejor como novelista que como periodista, cuya veracidad deja mucho que desear. Conecta muy bien con Sonia Greene desde el primer contacto, con la que le gusta hablar de sus paranoias conspiranoides, pero siempre da la impresión de que se guarda algo que no se atreve a contar. A Robert Greene, suegro de la víctima, y a Herbert West, mejor amigo de la víctima, no les gusta ni un pelo.

La gente del pueblo en general es bastante cerrada y no le gustan los forasteros. Viven sus vidas de forma rutinarias y son conscientes de que deben la prosperidad del pueblo y el 90% de sus trabajos a la familia Pickman.

viernes, 3 de mayo de 2024

EL CRIMEN PERFECTO. Tarea: Perfil del investigador

Sonia Greene (1935)

Rol en la historia

Investigadora del crimen. Esposa de la víctima.

Ocupación

Novelista con poca fama, pero libros interesantes. 

Objetivo

Descubrir que hay detrás de la extraña muerte de su marido

Descripción física

39 años. Mujer. Raza caucasiana. 1,67 de alto. Media melena en corte shag castaña, ojos marrones claro, cejas un poco espesas, nariz recta, labio superior delgado e inferior grueso. Mejillas llenas y redondas. Complexión proporcionada. Rellenita y ligeramente barrigona. Manos finas de dedos cortos.

Personalidad

Carácter dominante, extrovertido y alegre, que a veces puedes convertirse en mordaz y ácido. Gran capacidad de observación y deducción y un enorme conocimiento autodidacta sobre crímenes aprendido de los casos de su padre y de su investigación en bibliotecas y archivos. Impulsiva.

Costumbres y modales

Suele morderse el labio inferior cuando está muy concentrada. Muy aficionada a las novelas policiacas y a la novela negra. Le gusta hablar y que le escuchen. Suele intentar imponer sus opiniones. Aunque, también es una gran oyente. Incluso, tiene la mala costumbre de pegar la oreja siempre que puede y no puede evitar su vena cotilla.

Fondo y antecedentes

Hija única de un Inspector de policía próximo a la jubilación, Robert Greene, y de una ama de casa, Claire Greene. Estudió secretariado en una academia, pero nunca ejerció de secretaria, sino que se centró en su vertiente de escritora de novela negra. Vivía de su padre, hasta que pasó a vivir de su marido.

Conflictos internos

Se siente culpable por haber convencido a su marido de que acudiera a la lectura del testamento a pesar de que era más que evidente que él no quería ir. Le notaba ansioso, e incluso asustado.

Conflictos externos

Que le comunicaran su muerte tantos días después del incidente, le parecía muy sospechoso. No hizo falta mucho más para mandar un telegrama a la Mansión Pickman, informando de su inminente visita. Consigue ser recibida por la familia por el niño que lleva en su vientre, pero no la aceptan a ella como parte de la familia. Se presenta allí acompañada de su padre y del mejor amigo de H.P. Pickman, Herbert West, criminalista de la Policía de Boston, que la víctima conoció a través de ella, que también se encuentra entre sus amistades.