miércoles, 27 de septiembre de 2023

Malentendidos

 —¿Nombre?

—Preferiría no decirlo.

—¿Cómo?

—Es que no le conozco de nada. Compréndalo.

— Er… Bueno, pues ¿profesión?

—Asesino en serie.

—¿Disculpe?

—Disculpada.

—Digo que me diga su profesión. Y sin cachondeitos, por favor.

—Asesino en serie.

—¿En serio?

—En serie.

—¡Ja! Me parto.

—Puedo hacer realidad su sueño si así lo desea.

—…

—Lo malo es que un señor muy serio de la puerta se ha quedado con mis herramientas, pero puedo ir a pedírselas. No tardo nada.

—¡No! Digo… No, gracias. Déjelo. Si no hace falta. Mejor sigamos. A ver… ¿Cómo se describiría?

—Educado, agradable… aunque algo temperamental. Y, a veces, un poco menos agradable.

—Ya… ¿Le gustan los niños?

—Fritos o al horno están deliciosos.

—¡Está loco!

—Claro.

—Comprenderá que no puedo contratarlo como monitor de guardería…

—¿Perdón?

—Perdonado.

—¿Pero no es aquí donde buscan troceador de cadáveres para prestigiosa banda mafiosa?

—Si le digo que no, ¿qué pasaría?

—Que le enseñaría mi afición favorita y me temo que tendría que dejar de ser tan educado.

—¡Pues claro que es aquí! Ha pasado la prueba. Enhorabuena.

—Estupendo, estupendo. Le aseguro que no se arrepentirá. Aunque me siento un poco decepcionado. Pensé que tendría que pasar un examen práctico antes.

—Noooo. Que va. Es que me ha impresionado mucho, ¿sabe?

—Entonces no me puedo ir sin demostrarle mi potencial. Va a ser muy divertido… al menos para mí. Voy a por mi instrumental. Enseguida vuelvo. ¡No se mueva!

Dos días después…

—Buenos días, disculpe el retraso. Es que me han retenido en la puerta. Menuda seguridad tienen ustedes aquí. Eso me gusta.

—Cualquier precaución es poca después de tener que jugar al escondite con los trozos del cuerpo de una compañera.

—¡Terrible! Si es que no te puedes fiar de nadie. Esos malditos salvadores de almas están en todas partes.

—¿Disculpe?

—¡Ah! ¿Que no es aquí lo del Aquelarre?

—¿El aquelarre?

—Maldición. Pues le ruego que me disculpe por lo que voy a tener que hacer ahora.

—¿Croac?

Dos días después…

—¿No había aquí una agencia de empleo?

—La tuvieron que cerrar. Por lo visto el mensaje del cartel no era muy claro y se les colaba cada uno…

—¿Qué ponía?

—“Está usted en el lugar correcto”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario